¿Qué tiene que ver un cáncer de pulmón maligno, causado por el amianto, con la optimización en buscadores?
En el año 2006 el Senado de los Estados Unidos aprobó una resolución por la que consideraba el cáncer de mesotelioma como enfermedad laboral y se garantizaban indemnizaciones millonarias a todos los enfermos que lo denunciasen en los tribunales y ganasen un juicio.
Si combinamos la posibilidad de conseguir pleitos millonarios y con indemnizaciones garantizadas por el Estado, eso era lo más próximo al paraíso para los bufetes de abogados.
La consecuencia inmediata fue que muchos bufetes se lanzasen a la «caza y captura» de enfermos de mesotelioma, para representarles en los juicios.
Tanto fue así, que los bufetes de abogados que anunciaban sus webs en las redes de contenido de google llegaron a pagar hasta 65$ cada vez que algún usuario hacía click en un enlace patrocinado relacionado con la búsqueda de la palabra «mesothelioma», para salir ellos en lugar de la competencia.
Esto también originó que bastantes webmasters se dedicasen a escribir artículos, páginas y blogs hablando del «mesotelioma», y a tratar de posicionar sus páginas en los primeros puestos del buscador de Google. Ya que si un usuario llegaba a una de estas páginas y hacía click en un banner o enlace de texto de un abogado que se anunciase en la red de contenido, el webmaster podía ganar unos 40 $ con cada click (impresionante ¿verdad?).
Ahí se abrió la veda, y muchos webmasters empezaron a utilizar técnicas black hat SEO (optimización en buscadores con técnicas poco éticas) para posicionar a toda costa sus sitios web ante la palabra «mesothelioma». Para ello utilizaban distintas técnicas, como por ejemplo repetir la palabra «mesothelioma» varios centenares de veces en el texto de la página utilizando un tipo de letra muy pequeño y del mismo color que el fondo de la página. Ello hace que sea invisible para el ojo humano pero engaña(ba) al robot de Google.
Cuando los técnicos de Google se dieron cuenta del percal, mejoraron la programación del robot y tomaron «represalias». La nueva versión del robot detectaba estas páginas de webmasters que se pasaron de listos y los ponía en una «lista negra», con lo que desaparecieron de los listados de resultados en las búsquedas en Google.
Una cosa que tienen en común las técnicas black hat SEO es que «engañan» durante una temporada al robot de Google, pero cada vez que Google lanza una nueva versión mejorada de su algoritmo, penaliza seriamente a todas las páginas que intentaban (y conseguían) engañarlo en el pasado. La efectividad de estas técnicas se resume muy bien con la frase «pan para hoy y hambre para mañana».
Por eso intentar engañar al robot de Google es algo que funciona pero sólo de manera temporal. La única manera de posicionar una página de manera sostenible es NO hacer trampas y publicar contenido de calidad.